VIBRACIONES.
John Mayall, Back to the roots.
Entre los últimos años de la década sesentera y la siguiente, estaba transcurriendo mi adolescencia, era un chavo extremadamente introvertido, con pocos amigos y amante de la soledad, desde entonces, mi compañía ideal era la música, pero además, como buen jóven, era sumamente impresionable y el rock que se hacía en el gabacho y el Reino Unido, me había producido un verdadero shock.
Cold Blood
Estaba verdaderamente alucinado con las portadas de los discos, las vestimentas jipiosas, los sonidos de la sicodelia que eran mágicos y totalmente inéditos para mis oídos, tenía una sed insaciable por adentrarme en ese mundo mágico y misterioso, con mi cuate Víctor, descubrimos la discoteca Yoko, legendaria disquería en la Zona Rosa de mi querido Chilangotitlán y estar allí era una experiencia religiosa, como dice la canción. Y entonces, se hizo la luz, llegó la iluminación, con forma de programa de radio que transmitía Radio Capital, una de las tres emisoras que programaban rock y pop en inglés, el susodicho programa era Vibraciones, una emisión nocturna que difundía a muchos grupos que de otro modo era imposible conocer, a menos que fueras rico y te dieras tus roles por el gabacho dos veces al año.
The Flock
El formato de Vibraciones consistía en una selección verdaderamente extraordinaria del mejor y más actual rock, allí conocí al grupo que me introdujo en el blues, Canned Heat, a la bruja cósmica, como llamaban a Janis, al discazo de todos los tiempos que se llama Eric Burdon declares "War", a la Experiencia de Jimi Hendrix, a Steppenwolf, a la increíble Rare Earth, el único grupo de blancos que grababa en Motown, a Cold Blood y la sacerdotisa Lydia Pense, a The Corporation y esa inmensa rola que se llama India, a The Sons of Champlin, a Blues Magoos, a la banda If, única con formato estilo Chicago o Blood Sweat & Tears de origen británico, hasta donde sé, a Spooky Tooth, grupazo indiscutible, a uno de mis discos favoritos de toda la vida, Blind Faith, al mejor disco en vivo que he escuchado en mi vida, Delaney & Bonnie & Friends, On tour with Eric Clapton, sí así se llama, a April, la rola de Deep Purple que más me gustaba, a Earth Opera, a The Greatest Show on Earth, a Grateful Dead, a Jefferson Airplane, a The Flock y su increíble disco Dinosaur Swamps, a Grand Funk Railroad, Jethro Tull, Led Zeppelin, The Who, Cream, Vanilla Fudge, Moby Grape, Quicksilver Messenger Service, John Mayall y esa joya de disco llamada Back to the roots, y el disco de discos, mi favorito de todos los tiempos y todos los géneros, Hot Rats de Frank Zappa, y otros que seguro olvido en este momento.
Su servidor, chamaco de 14 o 15 años, realizaba noche a noche el ritual sagrado de escuchar Vibraciones, en la oscuridad de mi cuarto compartido con mi hermano al que corría para estar solo, ritual que empezaba con la voz cavernosa y reverberante de un locutor, de cuyo nombre no puedo acordarme, diciendo cosas que estaba seguro eran de lo más profundo y trascendente, la neta del planeta, como diríamos hoy, el cuate decía cosas como "La oscuridad cayó, los angeles descendieron hasta el lecho del sacrificado, el ritual comenzó y el cielo se volvió rojo" y luego anunciaba al siguiente número, primero al grupo, con sobrenombre que ellos inventaban del tipo de "el antiguo cuarteto Quicksilver Messenger Service, ¿A quién amas? o "la bruja cósmica Janis Joplin" o la "sacerdotiza" Lydia Pense, los poemas o lo que fueran eran bastante simplones y dados al lugar común, pero en mi mente adolescente sonaban como a la neta de netas, estaba seguro de que si un día comprendia el trascendental mensaje, me iba a volver Dios o algo así.
The Sons of Champlin
En fin, la entrada es un recuerdo y homenaje a ese programa, que fue mi escuela, mi placer y compañía en esos años difíciles de la adolescencia.
Cold Blood
Estaba verdaderamente alucinado con las portadas de los discos, las vestimentas jipiosas, los sonidos de la sicodelia que eran mágicos y totalmente inéditos para mis oídos, tenía una sed insaciable por adentrarme en ese mundo mágico y misterioso, con mi cuate Víctor, descubrimos la discoteca Yoko, legendaria disquería en la Zona Rosa de mi querido Chilangotitlán y estar allí era una experiencia religiosa, como dice la canción. Y entonces, se hizo la luz, llegó la iluminación, con forma de programa de radio que transmitía Radio Capital, una de las tres emisoras que programaban rock y pop en inglés, el susodicho programa era Vibraciones, una emisión nocturna que difundía a muchos grupos que de otro modo era imposible conocer, a menos que fueras rico y te dieras tus roles por el gabacho dos veces al año.
The Flock
El formato de Vibraciones consistía en una selección verdaderamente extraordinaria del mejor y más actual rock, allí conocí al grupo que me introdujo en el blues, Canned Heat, a la bruja cósmica, como llamaban a Janis, al discazo de todos los tiempos que se llama Eric Burdon declares "War", a la Experiencia de Jimi Hendrix, a Steppenwolf, a la increíble Rare Earth, el único grupo de blancos que grababa en Motown, a Cold Blood y la sacerdotisa Lydia Pense, a The Corporation y esa inmensa rola que se llama India, a The Sons of Champlin, a Blues Magoos, a la banda If, única con formato estilo Chicago o Blood Sweat & Tears de origen británico, hasta donde sé, a Spooky Tooth, grupazo indiscutible, a uno de mis discos favoritos de toda la vida, Blind Faith, al mejor disco en vivo que he escuchado en mi vida, Delaney & Bonnie & Friends, On tour with Eric Clapton, sí así se llama, a April, la rola de Deep Purple que más me gustaba, a Earth Opera, a The Greatest Show on Earth, a Grateful Dead, a Jefferson Airplane, a The Flock y su increíble disco Dinosaur Swamps, a Grand Funk Railroad, Jethro Tull, Led Zeppelin, The Who, Cream, Vanilla Fudge, Moby Grape, Quicksilver Messenger Service, John Mayall y esa joya de disco llamada Back to the roots, y el disco de discos, mi favorito de todos los tiempos y todos los géneros, Hot Rats de Frank Zappa, y otros que seguro olvido en este momento.
Spooky Tooth
Su servidor, chamaco de 14 o 15 años, realizaba noche a noche el ritual sagrado de escuchar Vibraciones, en la oscuridad de mi cuarto compartido con mi hermano al que corría para estar solo, ritual que empezaba con la voz cavernosa y reverberante de un locutor, de cuyo nombre no puedo acordarme, diciendo cosas que estaba seguro eran de lo más profundo y trascendente, la neta del planeta, como diríamos hoy, el cuate decía cosas como "La oscuridad cayó, los angeles descendieron hasta el lecho del sacrificado, el ritual comenzó y el cielo se volvió rojo" y luego anunciaba al siguiente número, primero al grupo, con sobrenombre que ellos inventaban del tipo de "el antiguo cuarteto Quicksilver Messenger Service, ¿A quién amas? o "la bruja cósmica Janis Joplin" o la "sacerdotiza" Lydia Pense, los poemas o lo que fueran eran bastante simplones y dados al lugar común, pero en mi mente adolescente sonaban como a la neta de netas, estaba seguro de que si un día comprendia el trascendental mensaje, me iba a volver Dios o algo así.
The Sons of Champlin
En fin, la entrada es un recuerdo y homenaje a ese programa, que fue mi escuela, mi placer y compañía en esos años difíciles de la adolescencia.
Jaja, qué gran entrada, llena de nostalgia. Es una gran fortuna contar en estos días con la magia del internet; es facilísimo encontrar y conocer nuevas bandas, la oferta es inmensa y lo que falta es tiempo para conocerlas todas. En fin, me pregunto cómo sería aquello del radio...una manera tan artesanal y llena de chispa, algo que falta en estos días.
ResponderEliminaryo tambien escuchaba ese gran programa cuando hacia la tarea de la secundaria,a tal grado que tenia una bitacora de todos los programas que pasaban,despues me arrepenti cuando tire ese cuaderno ,ahi logre junto con rock en radio universidad cultivar mi gusto por el rock en todas sus variantes.Siento la falta de acentos pero no se como ponerlos,hasta luego
ResponderEliminarmuy buena entrada sobre ese programa de Vibraciones... yo no lo escuché ni supe de su existencia sino muuuchos años después por un primo y amigos coleccionistas de música de la época. Saludos y buen blog...
ResponderEliminarLa voz reverberante que te sumergió en ese inigualable sueño, es la de Manuel Camacho: un locutor legendario, al que he tenido oportunidad de conocer personalmente y quien está buscando la manera de reconstruir el programa para volver a ponerlo al aire, retransmitiendo aquellas joyas y añadiendo nuevas, para la juventud de hoy. El titánico obstáculo a vencer, es que alguna difusora radiofónica se interese en transmitirlo y no ponga trabas.
ResponderEliminarTe felicito por este blog y muchas gracias por ello.
Alguien sabe el tema de introducción del programa de radio vibraciónes?
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