CANNED HEAT.
"Canned Heat" 1967.
"Boogie with Canned Heat" 1968.
Tener catorce o quince años, andar descubriendo caminos de todo tipo, estar buscando una identidad era la cotidianidad de su servidor en los años '69 y '70 del siglo de las luces (de neón, por supuesto que hablo del siglo XX) y ese estado de gracia de la adolescencia tiene la pecularidad de agudizar los sentidos, todo es sensualidad y todo se percibe con una intensidad que por desgracia se va perdiendo.
En esa situación etérea y alucinante me encontraba cuando descubrí a este quinteto que desde entonces es una de las bandas de música más entrañables e influyentes con que me he topado en mi corta vida, Canned Heat me movió primero por el impresionante ritmo de su sonido, después por el feeling para interpretar un género que me era del todo desconocido, así que de paso les debo mi iniciación en el gusto por el blues que hasta la fecha no me abandona.
Ya instalado en mi asiento de fan, empecé a identificar a los cinco sujetos que de forma tan rotunda hechizaban mis oídos: Bob Hite, el gigante gordo que cantaba sin pedirle nada a los bluesmen negros; Alan White, la antítesis de Hite, menudo de cuerpo y voz, con un timbre casi infantil que era uno de los sellos inconfundibles del grupo, además de ser el armoniquista, el que producía esos sonidos fantásticos de la armónica blusera; Adolfo de la Parra, baterista nacido en la Gran Chilangotitlán y por tanto mi paisano, un loco que se fue al gabacho a aporrear tambores y ganar un lugar de insustituible en el "Calor Enlatado"; Larry Taylor, el bajista virtuoso que era el hombre experimentado, el que tenía más horas de vuelo, una especie de director musical y el increíble guitarrista Henry Vestine.
Desde entonces eschcho con regularidad a este grupo de Blues y Boogie, maestros blancos de la música negra, al principio en forma dispersa, en antologías hasta que me hice el propósito de tener a mi disposición toda su discografía y en ese afán encontré este "dos en uno", ediciones de dos LPs en un CD. los dos larga duración aquí incluidos son los del debut y donde aparecen varias de las piezas que los hicieron famosos, algunas de su autoría y otras de la de los grandes maestros, en el primer disco es donde aparecen estas joyas consagradas, pero en el segundo, mis ídolos de ese entonces, hicieron un disco completo con composiciones propias, demostrando que no sólo eran maestros de la interpretación sino también compositores de altos vuelos. Recomendación Absoluta, por supuesto.
Aquí se descarga el disco.
Hite y Wilson simbolizan y encarnan a la perfección lo que es el mundo del Blues y del Rock: esa contraposición entre la contundencia más imparable y la suevidad, el "feeling"...
ResponderEliminarEl Oso y el Búho Ciego, grandes.
¡Saludos!
Hola
ResponderEliminarMuy buen blog, felicidades por compartir tus rockanroleras visiones de esta nuestra música, para aquelos que tenemos 50 o más, y ser un lugar de encuentro, en horabuena.
Nota: en la sección de blues, creo que te ganó la emoción, escribiste Alan White en lugar de Alan Willson.
Perdón, yo también me emocioné, es Alan Wilson.
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