QUICKSILVER MESSENGER SERVICE.
"Shady Grove"
1969.
Desde que tengo memoria, me ha atraído la música y me parece muy raro que haya gente a la que le es indiferente y podrían vivir sin ella, de niño escuchaba el radio y los discos de música sinfónica que ponía mi mamá los domingos por la mañana, ya en la adolescencia, por parte de mi hermana, empezaron a llegar a la casa, discos que ella compraba o que le prestaban, así empecé yo también, a hacer ahorros para adquirir algunos vinilos, los primeros que fueron realmente míos, eran de los de 45 rpm, que contenían una pieza por lado y con el éxito de este formato empezaron a salir los de dos piezas por lado.
Pero mi verdadera carrera como coleccionista de música, empezó con mis cuatro primeros LP, ya contagiado por el virus roquero, que recuerdo perfectamente fueron: "El Vuelo del Pájaro", como rezaba la edición mexicana del tercer disco de Deep Purple, llamado así también; "Delaney & Bonnie & Friends, on Tour with Eric Clapton" que me trajo mi amigo Víctor, ya usado, porque lo estaba vendiendo alguien de una comuna de hippies de Peralvillo (la ex-Hipódromo de Peralvillo donde vivía mi cuate); "I Got Dem Ol' Kozmic Blues Again Mama" de Janis Joplin, también editado por algún extraño milagro en México y "Shady Grove", que compré en la legendaria discoteca "Yoko", en las calles de Génova, a una cuadra de la actual estación del metro "Insurgentes".
Éste último me resultó y sigue resultándome, absolutamente fascinante, el tercer álbum de Quicksilver Messenger Service, el extraordinario, el único, el insustituible ¡Shady Grove! que como les estaba diciendo adquirí en "Yoko", la disquería especializada en el Rock más importante de la Ciudad de México, en los incipientes años setentas.
"Yoko" era para mi amigo Víctor y para mí, un lugar mágico y surrealista, en el primer piso de un edificio porfiriano (de principios del siglo XX o fines del XIX), con su luz negra, sus carteles fluorecentes, su olor a incienso e increíble música a muy altos decibeles, música que hoy me resulta fascinante, después de escucharla por décadas y que entonces era apabullante, devastadora y hechizante para mis inocentes oídos.
Un día que estabamos de visita en el mítico lugar, donde pasabamos horas escuchando gratis la música que no podíamos tener en casa ni prestada, pues la mayoría de los objetos sagrados que allí había, eran practicamente inconseguibles en cualquier otro sitio, encontramos en un rincón, una caja con discos de remate, lo que significaba que su precio, inalcanzable para dos adolescentes de clase media de la mitad para abajo, estaba rebajado a un cuarto de su precio, el disco llamado "Shady Grove" de Quicksilver Messenger Service, grupo que conociamos porque en "Vibraciones", nuestro programa favorito del radio, programaban "Happy Trails", del antiguo cuarteto, como lo llamaban allí.
Un día que estabamos de visita en el mítico lugar, donde pasabamos horas escuchando gratis la música que no podíamos tener en casa ni prestada, pues la mayoría de los objetos sagrados que allí había, eran practicamente inconseguibles en cualquier otro sitio, encontramos en un rincón, una caja con discos de remate, lo que significaba que su precio, inalcanzable para dos adolescentes de clase media de la mitad para abajo, estaba rebajado a un cuarto de su precio, el disco llamado "Shady Grove" de Quicksilver Messenger Service, grupo que conociamos porque en "Vibraciones", nuestro programa favorito del radio, programaban "Happy Trails", del antiguo cuarteto, como lo llamaban allí.
Extrañamente, no se parecía a su antecesor, con su mezcla de blues, folk, country y sicodelia, la "Arboleda Sombreada" era más bien oscuro, melancólico, lamentoso e íntimo, pero extraño o no, sentía a cada rato la compulsión de escucharlo, con el tiempo, se convirtió en imprescindible y recurrente, después accedí a toda la obra "mercúrica" y comprendí por qué "Shady Grove" es el que se sale del molde que creó la banda, el que menos se parece a todos los demás y la razón de su carácter sui generis, que es: la presencia o mejor dicho la omnipresencia de Nicky Hopkins.
Nicky Hopkins era nativo de Londres y fue sobre todo un músico de sesión, para múchos "el músico de sesión", debido a que siempre fue muy enfermizo y estar de fijo en una banda, con la febril actividad que implican las giras, entrevistas y otros asuntos, le resultaba muy dañino, como músico de estudio, grabó discos con la realeza del rock inglés: Kinks, Rolling Stones, Beatles juntos y separados, el grupo de Jeff Beck y The Who, destacándose su participación con sus satánicas majestades en varios de sus mejores registros magnetofónicos (el famoso solo de piano de "She's like a Rainbow, es de él).
Atraido por la música que se estaba haciendo en la Costa Oeste norteamericana, se trasladó allá y colaboró con la crema y nata de las bandas de rock ácido: Grateful Dead, Jefferson Airplane. New Riders of the Purple Sage y la banda de Steve Miller, pero sobre todo con Quicksilver, con quienes grabó tres discos y no como músico invitado o de estudio, sino como miembro fijo.
El primero de ellos fue "Shady Grove", tercero del cuarteto que había empezado a registrar discos sin la presencia de su líder Dino Valenti, quien estaba en prisión por ¿qué se imaginan?, adivinaron, posesión de drogas ilegales y Hopkins asumió una dirección modesta pero contundente, el extraordinario pianista que era Nicky, desplegó su dominio de géneros como el Blues, el Jazz, y la música sinfónica, aportando: ritmos, tiempos. puentes, memorables solos y cambios de un género a otro, el liderazgo musical que había ejercido la guitarra de Cipollina, se combinó a la perfección con el de Hopkins y el resultado fue, el mejor disco de Quicksilver, el más creativo, el que tiene las piezas más elaboradas y finas.
Y no me pidan que diga cuáles son las mejores piezas del álbum, todas son memorables y en todas está la presencia creadora y conductora de Hopkins, dándole al sonido Quicksilver una dimensión distinta, al grado de atreverme a pensar que Quicksilver sin las aportaciones de Nicky, nunca hubiera alcanzado las alturas estéticas que lo distinguieron de todos y cada uno de los grupos de la Costa Oeste, ¿les parezco exagerado? discúlpenme si así es, pero no puedo evitarlo, soy un fan de Nicky Hopkins, su obra y sus aportaciones a la historia del rock de ambos lados del Atlántico.
Con tan excelente comentario sobre el disco, me urge darle un buen repaso para comprobar las maravillas sonoras que contiene. Me pongo enseguida con él.
ResponderEliminarBuen post y saludos a México.