jueves, 21 de junio de 2012

Los Discos de 1970. Déja vu.




CROSBY, STILLS, NASH & YOUNG.
"Déja vu"
1970



 
Hay dos esquemas de conjunción de circunstancias muy repetidos, para que el resultado de unas sesiones de grabación devengan en un disco excepcional, ejemplar y magistral: el primero consta de gran conjunción y armonía entre los creadores, además de estados de gracia especiales que se conviertan en inspiración sobrenatural y el segundo se compone de un ambiente de tensión y desacuerdos entre los que hacen el disco, ambiente hostil que potencia las posibilidades individuales, creando dinámicas de trabajo donde los músicos tal vez ni se hablan, pero se genera entre ellos una competencia feroz que beneficia al resultado final.

Pero hay un tercer esquema que hasta donde se, sólo se dió cuando Crosby, Stills, Nash y Young grabaron "Déja vu", donde según testigos directos, los cuatro mencionados pasaban por momentos emocionales difíciles y la relación entre ellos era extremadamente conflictiva. Crosby acababa de sufrir la muerte de su pareja en un accidente de tránsito y estaba totalmente abatido y pasaba la mayor parte del tiempo alcoholizado o drogado, Nash pasaba un mal momento en su relación con Joni Mitchell y Stills quien también tenía pareja del medio, la cantante Judy Collins, estaba en crisis con ella y por último, el de por sí reservado y hosco Neil Young, tampoco vivía el mejor romance con su pareja.

El antecedente directo del disco, la primera grabación de Crosby, Stills y Nash fue muy bien recibido por todos, tuvo buenas ventas y nadie se explica por qué no siguieron como trío y en cambio a Stills se le ocurrió la genial idea de invitar a su ex compañero en Buffalo Spingfield, Neil Young, con quien llevaba una relación más mala que buena, el carácter reservado de Young chocaba irremediablemente con el protagonismo pedante de Stills.

Los testimonios de Dallas Taylor el baterista y de John Sebastian, los dos invitados, dejan constancia de que el ambiente era de lo peor, que nunca estuvieron los cuatro juntos en el estudio, que si acaso, llegaban a estar dos de ellos, que Young se apresuró a producir sus dos canciones para dedicarse a su álbum de solista y que prácticamente cada quien trabajó por su cuenta, y entonces ¿cómo se explica que el resultado sea tan brillante, armónico, preciosista, bello y perfecto?

Un primer factor, debe ser las casi ochocientas horas de grabación invertidas, que permitieron cuidar al extremo cada detalle, el segundo, que Crosby, Stills y Nash, se conocían bien, sabían que esperaban los otros dos de ellos y sabían que esperar de los otros dos y bien que mal, musicalmente también había buen entendimiento entre Stills y Young y el tercer factor, debe de haber sido la situación sentimental por la que pasaban los cuatro, en el caso de Crosby la pérdida irremediable de la pareja y en el de los otros tres la inminente y dolorosa posibilidad de terminar su relación con las personas queridas, circunstancias dolorosas y atormentadoras que suelen sublimarse en inspiración pura.

Al final, resultó que todas esas circunstancias, dieron un fruto extraordinario, el gran disco del Rock de la Costa Oeste, según muchos, un álbum histórico de obligada inclusión entre los mejores de la historia y el que sin duda está entre lo mejor que hicieron cada uno, juntos o separados, por eso es que, no puede faltar en esta antología del año 1970.



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