miércoles, 19 de junio de 2013

LOS DISCOS DE 1969. Space Oddity







DAVID BOWIE.
"Space Oddity" 
1969.





Si consideramos a "Space Oddity" el álbum debut de Bowie, lo que puede ser o no ser, porque ya existían dos anteriores a nombre de David Jones, estaríamos hablando de uno de los debuts más espectaculares, asombrosos y consistentes de la historia del rock, las dos grabaciones anteriores, firmadas por David Jones, nombre oficial de Bowie, ya esbozaban el talento y genialidad de uno de los músicos más completos del siglo XX, pero fue "Space Oddity", el momento de la revelación que sin exageraciones, asombró al planeta "roquero".

Con un doble cimiento firme y perfectamente identificable, formado del folk inglés y lo que entonces ya se podía reconocer como la forma específica del rock-pop hecho en el Reino Unido, Bowie inició la edificación de la primera de varias obras maestras y sobre esa base que se complementaba con sus ya maduros textos, fue agregando elementos que cohesionaban, creaban claroscuros, sintetizaban estilos, adornaban y dotaban de elegancia a un conjunto que al final se acercó a milímetros de la perfección.

En Space... no hay secretos ni efectos subliminales, desde el principio está todo a la vista, o mejor dicho al oído, el disco inicia con una guitarra acústica inequívocamente folk, luego aparecen la sicodelia y el rock experimental, los cambios repentinos pero perfectamente calculados para crear un efecto y así, uno a uno se van mostrando todos los elementos involucrados en la obra, hilvanando una cadena deliciosa de sorpresas, sonidos tan viejos como nuevos y una sensación confortable de que todo tiene coherencia y devenir.



Portada del LP.


Me gusta tanto este disco que hasta "Don't sit Down", que parece un momento de ralajamiento en la grabación, cuarenta y tantos segundos que terminan con un Bowie atacado de risa por la ocurrencia, me suena adecuada y divertida, lo demás es una sucesión de grandes canciones de las que a veces se piensa que las mejores son unas y al rato se define la preferencia por otras, pero aún así "Letter to Hermione", bella, tierna y triste; "Cygnet Commitee", con uno de los grandes textos de la carrera de Bowie, muy al estilo de Dylan y mi favorita "Janine", desesperada y de una sencillez encantadora, es decir, la parte media de la obra, me resulta la más disfrutable.

Después vienen canciones de una intensidad distinta, más bien identificada con la interioridad ¡que plácida y relajante resulta "An Occasional Dream"!, "Wild Eyes Boy From Freecloud", también en la línea reflexiva, que cambia los momentos dulces y relajados por las emociones intensas, pero también está la historia excepcionalmente bien armada textual y musicalmente, de la mujer que clama ¡Dios sabe que soy buena!, cuando va a ser descubierta haciendo algo malo y el cierre con acompañamiento de música litúrgica y otro texto extraordinario entre celeste y terrenal para crear un doble contraste, con la música que luego se transforma en un tanto desquiciada y maquinal.




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