MAYALL Y LA REVOLUCIÓN EN EL BLUES.
John Mayall produjo, entre 1969 y 1971 cuatro discos históricos, porque son las obras maestras de su larga carrera y porque después de casi quince años de tocar el blues en su forma tradicional, decidió incorporar inovaciones que pintaban para producir toda una revolución del género.
Las grabaciones de que hablamos son: The turning Point, un disco grabado en vivo, en 1969, en donde Mayall, teniendo como base las estructuras y los instrumentos del Blues, les da otros tiempos, otros ritmos e incorpora un instrumento solista extraño en la música del añma negra, la flauta que, ejecutada magistralmente por Johnny Almond, añade al blues, ciertos toques jazzísticos o de la música de cámara.
El jefe Mayall, pone lo de siempre, sus habilidades en piano, guitarra y armónica ¡nada más! y reforzado por Jon Mark en el acompañamiento de guitarra y por Steve Thompson en el bajo, despliega un generoso tour, por los paisajes apacibles y apasionados del blues, el jazz y las baladas campiranas, Almond por su parte, aporta el acento jazzístico con sus intervenciones magistrales en sax y flauta, el formato de disco en vivo, le permite largos pasajes de improvisación con sus dos instrumentos.
Y a todo lo largo de la grabación, está el oficio y el amor del jefe en y por el blues, en el piano, ya sea acompañando o haciendo solos, en la armónica y en la guitarra líder.
El segundo de estos discos, también del año 1969 y que lleva por nombre Empty rooms, la compañía es la misma, pero enriquecida por la enorme participación de la leyenda del bajo llamada Larry Taylor, el bajista base de Canned Heat, el disco en la misma tónica que el anterior, abre el espectro musical y explora sonidos del country y la balada tradicional inglesa, la participación de Mayall es como de costumbre virtuosa, capaz de cantar, tocar armónica y piano en una misma pieza, sin sobreponer pistas, como en Plan your revolutión, blusazo que activa las neuronas y el cuerpo.
Hay baladas melancólicas, blues grandiosos, canciones country, el bajo de Taylor se hace notar de inmediato y hace armonía perfecta con los solos de sax y flauta de Johnny Almond que una vez más se revela como pieza clave del sonido de estos discos, el espíritu del blues con inovaciones que lo enriquecen sin que pierda su esencia.
Después vino USA Union, y una nueva etapa, marcada por el cambio del personal, sigue siendo un disco mayalista de principio a fin, pero los nuevos músicos marcan un regreso a la tradición, ahora ya no está el gran Johnny Almond y su flauta mágica, pero está Don Harris, violinista de Las Madres de la Invención de Zappa, haciéndo los solos que hacía aquel y de nuevo el blues, el viejísimo blues, se renueva, los otros dos que acompañan a Harris y a Mayall, no eran cualquier hijo de vecino, Larry Taylor en el bajo y Harvey Mandel en la guitarra líder ¿te suenan?, por supuesto que suenna, si eran la columna vertebral de Canned Heat.
Ahora la novedad, además de la inclusión del violín, son estos tres músicos de enorme talla, dándole al blues endemoniadamente, ¡qué bajeos de Taylor! ¡qué solos de violín de Harris! ¡Mandel tocando como si estuviera en el cielo! y Mayall aportando la raíz del blues con sus instrumentos de siempre, un disco que a menudo ha sido considerado de rutina, pero que bien escuchado se revela como una de esas joyas que no brillan a la primera vista, pero que desde ciertos ángulos y con la luz adecuada, producen destellos asombrosos.
Y para cerrar esta época dorada de la música de este padre del blues, llegó la obra maestra que todo gran músico produce algún día: Back to the roots, álbum doble para dejar constancia doble de maestría y buen gusto, en él Mayall, hace síntesis de los tres experimentos anteriores, reunió a todos los que integraron una formación y otra, pero además invitó a dos o tres celebridades, antiguos compañeros de ruta y discípulos de la talla de Eric Clapton y Mick Taylor en guitarras; a dos bateristas de gran calidad, Paul Lagos y Keef Hartley, complementando la superbanda donde estaban, además de Mayall, Larry Taylor y Harvey Mandel y para los solos exóticos, Johnny Almond y Harris en flauta y sax, el primero y en violín, el segundo, creando maravillas con el entrecruzamiento o alternativa de sus instrumentos, como bajo alternativo al de Taylor, está otra vez Steve Thompson y en guitarra de acompañamiento Jerry McGee.
Y con esta banda Mayall se lanzó a la aventura de crear su disco más importante, un despliegue de virtuosismo, sensibilidad y emoción, encuadrado en las composiciones del maestro, sus historias sencillas y unas estructuras que permiten el lucimiento de todos estos virtuosos tocadores de instrumentos, en solos que demuestran sus habilidades.
Las piezas no dejan de ser blues, en sus estructuras tradicionales, pero los arreglos y los espacios para el lucimiento personal, como en el jazz, les dan un toque que las proyectaba como la posible revolución que el blues no había tenido.
Para darse una idea de lo que estoy describiendo, basta con poner el disco y escuchar Prisions on the road, la rola con que inicia el disco, una introducción de piano y violín ¿en el blues? para dar entrada a un blues enérgico y potente, guiado por el piano de Mayall y aderezado por los solos de violín de Harris, que no son como los de Papa John, sino los retorcidos solos del Sugarcane zappiano, muchas veces he pensado que algunos solos de este disco ya los había escuchado en Hot Rats.
La voz de Mayall que no es la un bluesman negro y norteamericano, también hace de estos blues algo fuera de serie, sin mucha potencia ni grandes alardes, resulta suave y acariciadora, en contraste con la fuerza rítmica que la acompaña.
El álbum doble es absolutamente recomendable para iniciados y novatos con hambre y sed de buena música y según su redactor, un disco indispensable para el coleccionista, el melómano y el amante del blues, el jazz y el rock.
Las grabaciones de que hablamos son: The turning Point, un disco grabado en vivo, en 1969, en donde Mayall, teniendo como base las estructuras y los instrumentos del Blues, les da otros tiempos, otros ritmos e incorpora un instrumento solista extraño en la música del añma negra, la flauta que, ejecutada magistralmente por Johnny Almond, añade al blues, ciertos toques jazzísticos o de la música de cámara.
El jefe Mayall, pone lo de siempre, sus habilidades en piano, guitarra y armónica ¡nada más! y reforzado por Jon Mark en el acompañamiento de guitarra y por Steve Thompson en el bajo, despliega un generoso tour, por los paisajes apacibles y apasionados del blues, el jazz y las baladas campiranas, Almond por su parte, aporta el acento jazzístico con sus intervenciones magistrales en sax y flauta, el formato de disco en vivo, le permite largos pasajes de improvisación con sus dos instrumentos.
Y a todo lo largo de la grabación, está el oficio y el amor del jefe en y por el blues, en el piano, ya sea acompañando o haciendo solos, en la armónica y en la guitarra líder.
El segundo de estos discos, también del año 1969 y que lleva por nombre Empty rooms, la compañía es la misma, pero enriquecida por la enorme participación de la leyenda del bajo llamada Larry Taylor, el bajista base de Canned Heat, el disco en la misma tónica que el anterior, abre el espectro musical y explora sonidos del country y la balada tradicional inglesa, la participación de Mayall es como de costumbre virtuosa, capaz de cantar, tocar armónica y piano en una misma pieza, sin sobreponer pistas, como en Plan your revolutión, blusazo que activa las neuronas y el cuerpo.
Hay baladas melancólicas, blues grandiosos, canciones country, el bajo de Taylor se hace notar de inmediato y hace armonía perfecta con los solos de sax y flauta de Johnny Almond que una vez más se revela como pieza clave del sonido de estos discos, el espíritu del blues con inovaciones que lo enriquecen sin que pierda su esencia.
Después vino USA Union, y una nueva etapa, marcada por el cambio del personal, sigue siendo un disco mayalista de principio a fin, pero los nuevos músicos marcan un regreso a la tradición, ahora ya no está el gran Johnny Almond y su flauta mágica, pero está Don Harris, violinista de Las Madres de la Invención de Zappa, haciéndo los solos que hacía aquel y de nuevo el blues, el viejísimo blues, se renueva, los otros dos que acompañan a Harris y a Mayall, no eran cualquier hijo de vecino, Larry Taylor en el bajo y Harvey Mandel en la guitarra líder ¿te suenan?, por supuesto que suenna, si eran la columna vertebral de Canned Heat.
Ahora la novedad, además de la inclusión del violín, son estos tres músicos de enorme talla, dándole al blues endemoniadamente, ¡qué bajeos de Taylor! ¡qué solos de violín de Harris! ¡Mandel tocando como si estuviera en el cielo! y Mayall aportando la raíz del blues con sus instrumentos de siempre, un disco que a menudo ha sido considerado de rutina, pero que bien escuchado se revela como una de esas joyas que no brillan a la primera vista, pero que desde ciertos ángulos y con la luz adecuada, producen destellos asombrosos.
Y para cerrar esta época dorada de la música de este padre del blues, llegó la obra maestra que todo gran músico produce algún día: Back to the roots, álbum doble para dejar constancia doble de maestría y buen gusto, en él Mayall, hace síntesis de los tres experimentos anteriores, reunió a todos los que integraron una formación y otra, pero además invitó a dos o tres celebridades, antiguos compañeros de ruta y discípulos de la talla de Eric Clapton y Mick Taylor en guitarras; a dos bateristas de gran calidad, Paul Lagos y Keef Hartley, complementando la superbanda donde estaban, además de Mayall, Larry Taylor y Harvey Mandel y para los solos exóticos, Johnny Almond y Harris en flauta y sax, el primero y en violín, el segundo, creando maravillas con el entrecruzamiento o alternativa de sus instrumentos, como bajo alternativo al de Taylor, está otra vez Steve Thompson y en guitarra de acompañamiento Jerry McGee.
Y con esta banda Mayall se lanzó a la aventura de crear su disco más importante, un despliegue de virtuosismo, sensibilidad y emoción, encuadrado en las composiciones del maestro, sus historias sencillas y unas estructuras que permiten el lucimiento de todos estos virtuosos tocadores de instrumentos, en solos que demuestran sus habilidades.
Las piezas no dejan de ser blues, en sus estructuras tradicionales, pero los arreglos y los espacios para el lucimiento personal, como en el jazz, les dan un toque que las proyectaba como la posible revolución que el blues no había tenido.
Para darse una idea de lo que estoy describiendo, basta con poner el disco y escuchar Prisions on the road, la rola con que inicia el disco, una introducción de piano y violín ¿en el blues? para dar entrada a un blues enérgico y potente, guiado por el piano de Mayall y aderezado por los solos de violín de Harris, que no son como los de Papa John, sino los retorcidos solos del Sugarcane zappiano, muchas veces he pensado que algunos solos de este disco ya los había escuchado en Hot Rats.
La voz de Mayall que no es la un bluesman negro y norteamericano, también hace de estos blues algo fuera de serie, sin mucha potencia ni grandes alardes, resulta suave y acariciadora, en contraste con la fuerza rítmica que la acompaña.
El álbum doble es absolutamente recomendable para iniciados y novatos con hambre y sed de buena música y según su redactor, un disco indispensable para el coleccionista, el melómano y el amante del blues, el jazz y el rock.
2 comentarios:
Ufff ya estuve escuchando algunas rolas de los discos que mencionas. Voy a tratar de conseguirlos todos.
Aquí los puedes bajar.
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