GEORGE HARRISON.
1979.
Cuando escuché All things must past, quedé impresionado de la capacidad de Harrison como compositor de canciones, el bajo perfil que mostraba en los Beatles, detrás de Lennon y McCartney, no permitía apreciar esta habilidad, el álbum triple, primero de Harrison después de la separación del grupo, se convirtió de inmediato en uno de mis favoritos desde entonces y hasta el día de hoy.
Después, pasaron los años y los discos de mi Beatle favorito y yo no les puse atención, estaba ocupado explorando otras manifestaciones musicales vastas y apasionantes, hasta que decidí volver a tener un disco del olvidado, este fue el elegido, que en ese tiempo, era la más reciente producción de George Harrison y se llamaba así justamente.
La primera sorpresa que recibí, fue descubrir que el tono solemne, hasta cierto grado triste de las canciones que había escuchado antes aparecía muy poco y en esta grabación, había piezas más festivas, menos cargadas a la solemnidad religiosa y más dedicadas a celebrar la vida. Poco a poco fui develando, canción por canción, la obra completa y gradualmente me fueron gustando, cada día más todas y cada una de las canciones, hasta llegar al momento en que todo el álbum, nota por nota, me resultaba sumamente placentero, mis primeras favoritas fueron Blow Away y Soft touch, después Love Comes to Everyone y Here Comes the Moon, que es como la hermana de Here Comes the Sun, grabada con Beatles.
En el disco no hay nada de experimentos novedosos, nada de estructuras intrincadas ni sonidos que no hubieramos escuchado antes, sólo sencillas, sentidas y hermosas canciones como las que supo hacer siempre el Beatle solitario. En el video, la canción del álbum que de inmediato llamó mi atención, Blow Away, canción de amor del Beatle amoroso, quien murió creyendo en este sentimiento, como en el deseo de Cat Stevens: Quizas algún día pudieramos morir enamorados.* que Harrison llevó a cabo al pie de la letra.
*En Foreigner Suite, de 1973.
Después, pasaron los años y los discos de mi Beatle favorito y yo no les puse atención, estaba ocupado explorando otras manifestaciones musicales vastas y apasionantes, hasta que decidí volver a tener un disco del olvidado, este fue el elegido, que en ese tiempo, era la más reciente producción de George Harrison y se llamaba así justamente.
La primera sorpresa que recibí, fue descubrir que el tono solemne, hasta cierto grado triste de las canciones que había escuchado antes aparecía muy poco y en esta grabación, había piezas más festivas, menos cargadas a la solemnidad religiosa y más dedicadas a celebrar la vida. Poco a poco fui develando, canción por canción, la obra completa y gradualmente me fueron gustando, cada día más todas y cada una de las canciones, hasta llegar al momento en que todo el álbum, nota por nota, me resultaba sumamente placentero, mis primeras favoritas fueron Blow Away y Soft touch, después Love Comes to Everyone y Here Comes the Moon, que es como la hermana de Here Comes the Sun, grabada con Beatles.
En el disco no hay nada de experimentos novedosos, nada de estructuras intrincadas ni sonidos que no hubieramos escuchado antes, sólo sencillas, sentidas y hermosas canciones como las que supo hacer siempre el Beatle solitario. En el video, la canción del álbum que de inmediato llamó mi atención, Blow Away, canción de amor del Beatle amoroso, quien murió creyendo en este sentimiento, como en el deseo de Cat Stevens: Quizas algún día pudieramos morir enamorados.* que Harrison llevó a cabo al pie de la letra.
*En Foreigner Suite, de 1973.
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