APRIL.
El comienzo ya es impresionante, un órgano como de iglesia, después la base rítmica muy roquera, una guitarra acústica que desliza una bonita melodía, todo integrandose y creciendo en su intensidad y cuando se alcanza el climax, entra la guitarra de Blackmore en un solo grandioso, me era verdaderamente imposible resistir tanta belleza.
En el segundo movimiento, está la parte sinfónica que a mí me parecía la cumbre de la música, los que saben de las grandes obras sinfónicas, dicen que no llega ni a obra menor, pero eso yo no lo sabía y si lo hubiera sabido me hubieran valido madres las eruditas opiniones. al terminar este segundo movimiento, vuelve a entrar la banda de rock y la canción en sí, es decir la parte cantada, por años escuché esta canción con devoción, está ligada a una época de mi vida, feliz y despreocupada y por eso forma parte inseparable del soundtrack de mi vida.