"whatevershebringswesing"
1971.
Kevin Ayers se dió a conocer en el mundo del rock de forma no poco notoria, como miembro fundador de Soft Machine, el impactante grupo de "rock sicodélico en transición al progresivo", por ponerle una etiqueta que oriente un poco, con ésta banda grabó "The Soft Machine", el primero de los tres álbums, todos celebradísimas piezas de caza de los coleccionistas y miembros recurrentes de las listas de los mejores discos de la historia.
Ayers es y ha sido siempre un músico de amplio espectro, de niño viajó a Malasia y allí vivió varios años con su madre y el segundo esposo de ésta y se empapó del trópico, sus colores, olores, sonidos y ritmos, es hijo de un productor de la BBC, admirador declarado de Syd Barret y Lou Reed, escucha consetudinario de jazz y música vanguardista y relacionado estrechamente con la "escena de Canterbury, en donde tuvo cercana relación con varios de los mienbros de Caravan.La personalidad de Ayers es un claroscuro de radicales contrastes, dueño de un talento musical extraordinario, podría estar entre los grandes creadores del siglo, pero extrañamente, siempre ha rehuido a los grandes reflectores, a la fama y a los reconocimientos, alejándose del "triunfo" en el momento preciso en que está a punto de llegar, tal y como sucedió después del asombro e impacto que causó el primer disco de Soft Machine, banda a la que abandonó antes de la consagración y desde entonces se ha dedicado a hacer álbums como solista de extraordinaria manufactura, siempre llenos de imaginación, creatividad y sorpresas.
El de marras, es el tercer disco de la producción "ayeriana" y anticipo de su álbum más aclamado, el famoso "Bananamour", de modo que es una obra producto de la experiencia, los talentos en plena madurez, la creatividad en su punto más alto y el momento histórico, lleno de propuestas diferentes e inovadoras que exigian a los creadores a parir productos de las más altas calidades, porque, se quisiera o no, existía una competencia muy intensa por llegar a las creaciones más deslumbrantes.
El tercer hijo de Kevin Ayers tiene, junto con él y para su creación a excelentes instrumentistas, con algunos nombres notables y una dotación de instrumentos rica sin exageración, pero la verdadera riqueza del disco son las muy variadas propuestas en cada una de las composiciones, hay canciones perfectas, las pongas en el género que las pongas como la que abre el banquete; oscuras e impactantes como "Margaret"; festivas rayando en lo circence como "Oh my"; más oscuras y desquiciadas como "Song from the bottom of a well"; melancólicamente bellas como la que da título al disco; de obvia inpiración loureediana como "Strangers in blue suede shoes", hay muchas formas de leer esta obra, pero la que destaca por encima de cualquier lectura es la que sigue la riquísima creatividad de este artista oscuro, que se oculta en las sombras y de vez en cuando lanza al mundo su última creación, casi siempre deslumbrante.
Aquí se descarga el disco.