NEIL YOUNG.
"Harvest".
1972.
"Harvest" es una especie de coda y cambio de rumbo del movimiento country-rock, en su vertiente Costa Oeste, con episodios épicos y de gran brillantez: los discos de The Byrds, Buffalo Sprinsfield y Crosby, Stills, Nash & Young representan estos momentos memorables y con todas estas formaciones tuvo que ver Young.
Dicen los anales históricos que en 1971, Young se trasladó a Nashville para presentarse en el programa de Johnny Cash, sumo sacerdote del country y que por azares del destino, estuvieron en la misma emisión, Linda Ronstadt y James Taylor, su viaje a Nashville obedecía también a la misión de grabar un nuevo disco (cuarto como solista) e invitó a los notables personajes a participar en él, al mismo tiempo armó una banda con músicos de estudio a la que llamó The Stray Gators, el improvisado grupo estaba formado por: Ben Keith, guitarra "steel", Kenny Buttrey, Batería, Tim Drummond, bajo, Jack Nitzsche, piano y guitarra "slide".
Ya entrados en la grabación, Neil invitó también a sus antiguos compañeros David, Stephen y Graham, los famosos, C, S & N y el productor Elliott Mazer, contrató a la London Symphony Orchestra que ya sabía desde entonces que acompañar a grupos de rock o grabar clásicos del rock con arreglos orquestales era negocio muy rentable y con este personal, Mazer y Young, se lanzaron a plasmar el disco más vendido de la historia del compositor canadiense.
"Harvest" es un parteaguas en la vida de Young, le permitió ver el guiño del éxito comercial en un momento en que no estaba conforme con lo que estaba haciendo, no porque fuera de mala calidad o contrario a sus principios, sino porque quería cambiar y ese álbum fue el laboratorio para experimentar las diversas rutas posibles y deseables: su primero y único super éxito comercial y número uno de las listas de popularidad, el anuncio de su obra en los setentas, las temáticas en sus letras, de la ternura al desasosiego, de la euforia a la rabia y en medio de estas emociones potenciadas, el retrato de una Norteamérica agotada, perdida y megalómana.
Neil Young nunca imaginó el éxito de esta grabación y como buen artista marginal, contracultural y celoso de su independencia y genuinidad, renegó siempre de él, expulsó para siempre de su repertorio "en vivo" a "Heart of Gold" e hizo todo lo posible por borrar la imagen que pudiera haberse generado en torno a él y a su obra por culpa de "Harvest" y fue tal la aplicación que puso en esto que, marcó toda su carrera posterior y le adjudicó un sello personal e inconfundible, el sello Neil Young de "On the Beach", "Zuma", "Rust Never Sleep" y otras grabaciones celebradas y canonizadas por críticos, público e historia.
Pero el hecho de que "Harvest" no le guste a Young, no significa que no tenga valor estético o social, el personaje inspirado, genial y sabio que se llama Neil Young no sabe hacer malos discos, ni solo ni acompañado y siempre aparece, le guste o no, la chispa de genialidad, la frase profunda, el arreglo desconcertante y disfrutable, la pieza emotiva hasta las lágrimas o la euforia y sobre todo, la honestidad de este artista que toda su vida ha dicho lo que piensa y ha tocado lo que le gusta.