SLY & THE FAMILY STONE.
"There's a Riot Goin' on".
1971.
"There's a Riot Goin' on".
1971.
El otro lado de la medalla de la música negra en 1971, estaba representado por Sylvester Stewart y su exitosísima banda Sly and the Family Stone, inovadores absolutos de los estilos soul y funk, gracias al genio de Sly (Stewart) que encontró la fórmula de hacer música negra, negrísima, de la atormentada y dolorida (soul) y de la festiva desmadrosa (funk), aderezadas por la fuerza del rock y el alucine de la sicodelia y por si fuera poco, toda la mezcla está permeada po sonidos provenientes del jazz.
El quinto registro de la banda nunca tuvo el reconocimiento por parte del público y la crítica que tuvieron discos deslumbrantes como "Stand!" o "Dance to the Music", el que ahora nos ocupa es un álbum en apariencia opaco, pero con la misma riqueza de recursos compositivos e interpretativos que los mencionados. La euforia del "hippismo" con su aportación feliz, amorosa y esperanzadora iba en declive en la misma medida que la lucha por los derechos civiles de la que Sly y banda eran un emblema, subía de tono, pero hacia un tono cruento y de extrema violencia, hechos que tenían que repercutir en la visión que Sly tenía del mundo y sobre todo de su país.
Las letras de las canciones, revelan una enorme amargura que a ratos se transforma en furia y en un discurso radical patente desde el título (Ese disturbio que avanza), mientras que la música está posada en una espesa masa de sonido que según se dice la construyó Stewart , con el viejo truco de sobreponer grabaciones, es un sonido un tanto dark, apagado, gimiente, sin los estallidos de luminosidad y cambios de ritmo y de vida que acostumbraba la banda, con cierto tono minimalista pero con toda la genialidad de Sylvester Stewart que, para contrastar con el fondo de texturas abigarradas y oscuras, lanza ráfagas de canto desgarrado, coros impactantes, guitarras hirientes y bajos magistrales.
Como siempre, la mezcla "rocksoulera" es impecable, sin fisuras, sin parches, tan natural, tan lógica que asombra, por eso mi querido lecror(a), te aconsejo que no te vayas con la finta de los discos geniales de Sly and the Family Stone y los de bajo perfil, porque para empezar en la obra de esta banda inmensa no hay bajos perfiles y éste álbum menos que otros cabe en esa categoría, escucha con atención el estallido de furia contra el mundo de el genio revolucionario del funk que se negaba a morir.
Aquí se desgarga el disco.
Las letras de las canciones, revelan una enorme amargura que a ratos se transforma en furia y en un discurso radical patente desde el título (Ese disturbio que avanza), mientras que la música está posada en una espesa masa de sonido que según se dice la construyó Stewart , con el viejo truco de sobreponer grabaciones, es un sonido un tanto dark, apagado, gimiente, sin los estallidos de luminosidad y cambios de ritmo y de vida que acostumbraba la banda, con cierto tono minimalista pero con toda la genialidad de Sylvester Stewart que, para contrastar con el fondo de texturas abigarradas y oscuras, lanza ráfagas de canto desgarrado, coros impactantes, guitarras hirientes y bajos magistrales.
Como siempre, la mezcla "rocksoulera" es impecable, sin fisuras, sin parches, tan natural, tan lógica que asombra, por eso mi querido lecror(a), te aconsejo que no te vayas con la finta de los discos geniales de Sly and the Family Stone y los de bajo perfil, porque para empezar en la obra de esta banda inmensa no hay bajos perfiles y éste álbum menos que otros cabe en esa categoría, escucha con atención el estallido de furia contra el mundo de el genio revolucionario del funk que se negaba a morir.
Aquí se desgarga el disco.
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