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miércoles, 31 de octubre de 2012

MIS DISCOS CLÁSICOS. Stand!



SLY AND THE FAMILY STONE
"Stand!"
1969



Sylvester Stewart es uno de los personajes más destacados, talentosos y revolucionarios de fines de los sesentas y principios de los setentas, mejor conocido como Sly, recomposición de las letras iniciales de su nombre Syl, fue el creador y líder de la banda que revolucionó y llevó a terrenos inéditos al Funk, ese género que tuvo grandes santones, canonizados y divinizados y que tuvo tal éxito, que a los que vivían de él, les daba miedo cambiar.

Pero Sly no pertenecía al grupo de empresarios, compositores arreglistas músicos y cantantes que vivían del jugoso negocio del Funk, de modo que no tuvo ni el menor miramiento para hacer el Funk que rondaba su mente y sabía que era posible, y sin traicionar la esencia del género, sino más bien afirmándola, la adicionó, la fundió y la complementó con elementos del Rock, la sicodelia, el R & B y hasta lo más fino y sustancioso del Pop.

El debut discográfico de la banda se produjo en 1967, con un disco prometedor pero intrascendente, al siguiente año vendría la primera gran obra de este combo, "Dance to the Music" y en el mismo año, otra creación poco consistente, como preparación a la llegada de la gran obra, el disco non plus ultra del Funk y del "stonismo", el fabuloso, el inmejorable, el fantástico "Stand!, con la combinación más alucinante de Funk, Rock y Sicodelia jamás creada.

Desde "Stand! la pieza que abre el disco, un Funk con aires de marcha militar, metales y coros excelsos, siguiendo con la militante y desafiante "No me llames "nigger", blanquito", desafiante en su texto y en su estructura, árida rasposa y punzantemente desesperante, luego para aliviar la tensión un poco, aparece la exitosísima "I Want to Take You Higher", Funk que honra la ortodoxia sin dejar de ser impecablemente "stoniana". el "solo" de armónica lo proclama, "Somebody's Watching You, rescata al Pop más fino y lo reviste de la grasosa esencia funky y logra una pieza de aleación sin punto débil.

Después un recordatorio de que estamos frente a un disco de Funk, para aquel que se distrajo con los experimentos y exquiciteces de Stewart y compañía, para llegar a la canción, uno de los grandes éxitos de la Familia, genial y bella, con un uso sobresaliente de los tiempos y el ritmo, coros cimáxicos, y la proclama ¡We got to Live Together!, como grito de batalla.

Y para terminar, algo totalmente inusual en el Funk, "Sex Machine", una pieza de más de 13 minutos, al estilo de las grandes piezas roqueras de larga duración, pretexto para dictar cátedra de como hacer música, como estructurar piezas musicales, como mezclar géneros y de como hacer Funk distinto y totalmente sui generis.

















martes, 5 de junio de 2012

Los Discos de 1970. Horizons.



THE GREATEST SHOW ON EARTH.
"Horizons".
1970.




 

Hace 42 años se editó este disco que conocí por mi programa favorito de Rock, llamado "Vibraciones" y que transmitía Radio Capital, en ese programa se difundían discos muy recientes de lo mejor que se estaba haciendo en el mundo roquero y muchos de esos discos eran inconseguibles, porque no había ediciones nacionales y comprar discos importados era sólo para ricos, los clasemedieros tirándole a pobres como yo, no teníamos acceso a esas joyas, por eso agradecía que existiera este programa que seguía fiel y cotidianamente.

Por fortuna la pieza llamada como el disco empezó a difundirse en la programación normal y los ejecutivos de las disqueras decidieron hacer la edición nacional del LP y así ya era más accesible y así lo tuve prestado una o dos veces después, desapareció de las tiendas y nunca lo tuve hasta que encontré esta reedición en CD.





"El Espectáculo más grande sobre la tierra" era un nombre más que megalómano  pero aún así, la banda no defraudaba, formada por los hermanos Garth y Norman Watt-Roy en algún lugar de Inglaterra - como dijo Harrison- tenían como modelo a bandas norteamericanas del tipo de Blood, Sweat & Tears o Chicago, así que se dieron a la tarea de reclutar ejecutantes de metales, mientras ellos se hacían cargo de guitarra, bajo y voces, otro apoyo fundamental era Mike Deacon en el órgano, la formación completa y los instrumentos era la siguiente:
 Mike Deacon - teclados
Dick Hanson - corno y trompetas
Colin Horton-Jennings - vocales, guitarra, tambores y flauta
Tex Philpotts - sax
Ron Prudence - congas, tambores
Garth Watt-Roy - voz y guitarra
Norman Watt-Roy - voz y bajo

El resultado de grabar Horizons, fue una especie de catálogo de lo que se hacía en esos tiempos, a ratos suena a "Hair" el musical sobre los hippies, en otros suena a Flock o a Blood, Sweat... y a varios grupos, pero a pesar de las influencias notorias la banda tiene personalidad propia y la visión que les daba la cultura musical europea, mucho más rica que la gringa, marcó diferencia con los grupos que les servían de ejemplo, si estos abrevaban sobre todo en el Jazz, los del Espectáculo más Grande, lo hacían en su folclor,  su música sinfónica y de cámara.

Las canciones tratan temas del momento, la naturaleza, la iluminación, el amor, la posibilidad de un mundo mejor y tienen toda esa ingenuidad y candidez de los grupos de esa época, música dulce y mensajes "positivos", exaltación de los más nobles sentimientos humanos y fé ciega en la redención humana, todo eso que había en el rock poco antes de que llegaran las generaciones de desilusionados y furiosos encabezados por los punks.

El disco tiene para mí, una carga afectiva especial y siempre me trae buenos recuerdos, suelo asociarlo con "Trilogy for the Masses" de Ford Theatre, que tiene una serie de similitudes con él, pero a "Horizons" le falta la coherencia, el ritmo narrativo y el sentido de unidad que tiene "Trilogy...y esto siempre me deja insatisfecho, tiene momentos verdaderamente memorables y hasta sublimes, pero parece que se rompiera abruptamente para volver a empezar, lo que no impide que sea un álbum muy recomendable, después de todo, lo los gustos son subjetivos y cambian de una percepción a otra.







 




 





 










lunes, 4 de junio de 2012

Los Discos de 1970. McDonald and Giles.



McDONALD AND GILES.
1970.




La reunión casi fortuita de estos dos músicos, que no pretendían formar una banda o un proyecto a largo plazo, sino solamente plasmar en una cinta magnetofónica, sus inquietudes comunes, devino en uno de los grandes discos de la historia del rock, ignorado por todas las listas que he visto al respecto, pero imprescindible en mi lista de los mejores discos de la historia.

Ian McDonald y Michael Giles tuvieron su primera colaboración en un grupo legendario, del que eran miembros y en un disco clásico de todos los tiempos: King Crimson e In the court of the Crimson King. ni más ni menos, venian de hacer esta obra monumental cuando decidieron hacer el disco que nos ocupa.

Tal antecedente ya es una recomendación a considerarse, pues por el Crimson no han pasado jamás malos músicos, pero la obra supera todas las previsiones, McDonald el instrumentista múltiple, Giles, el percusionista sobresaliente y dos o tres compañeros de ruta, nada desconocidos y por último, las letras de Peter Sinfield, sí el letrista del Crimson, hacen de este disco una especie de continuación del gigante del progresivo, pero una afirmación de este tipo sería también una simplificación.

McDonald and Giles, no es un disco de King Crimson, ni una imitación de King Crimson, es un disco único y extraordinario, de esos que no se dan por racimos, no hay mejor forma de juzgarlo que escuchándolo, pero se antoja el intento de hacer una descripción que será siempre subletiva y aproximada.

El disco inicia con Suite in C, una de las grandes piezas del rock de todos los tiempos, una verdadera suite con sus movimientos muy bien definidos, gran variedad de instrumentos, acomodados en forma magistral, una sinfonía de sonidos y silencios bella y conmovedora.

Continua con Flight of the Ibis, una fina canción casi acústica, sin instrumentos eléctricos con reminiscencias beatlescas, sensibilidad, exquisitez y emotividad encerradas en tres minutos; La tercera pieza es enérgica pero suave a la vez y la cuarta es otra delicada pieza que recuerda las baladas medievales y que conduce al disco a un remanso de tranquilidad, que se rompe súbitamente con la entrada de Tomorrow's people, para que no olvidemos que es un disco de rock, marcada por las percusiones y el bajo, para de pronto cambiar de ritmo a un solo genial, primero de las percusiones y después de una flauta que lleva de la mano al final de la canción.






El disco termina como empezó, con una larga suite llamada Birdman, en donde los músicos desbordan talento con este formato que les permite cambios de ritmo, complicadas armonías instrumentales y vocales, solos espectaculares y un conjunto sólido, coherente y mágico. La dotación instrumental completa y sus ejecutantes, es la siguiente.


Ian McDonald: guitarra, órgano, saxofones, flauta, clarinete, cítara y voz.
Michael Giles. batería y una rica variedad de instrumentos de percusión.
Peter Giles. bajo.
Steve Windwood. órgano y piano.
Michael Blackesley. trombón.




martes, 29 de mayo de 2012

Los Discos de 1970. All Things Must Pass.




GEORGE HARRISON.
"All Things Must Pass".
1970.



Hay muchos discos en mi vida que me han marcado de diferentes formas y este es uno de ellos, All things must pass, de George Harrison, primera producción solista del beatle solitario, después de la separación del cuarteto, antes había editado dos discos experimentales, sin letras, sólo combinaciones de sonidos, exploraciones que Harrison, al igual que Lennon con sus Two virgins y Life with the lions, realizaron aún siendo parte de The Beatles, pero estos cuatro experimentos no tuvieron la mayor trascendencia, se vendieron y se siguen vendiendo, porque son objetos de culto, pero era claro que los cuatro de Liverpool no se habían vuelto semidioses por hacer ruiditos y grabarlos, sino por ser maestrísimos en el arte de armar canciones, eso era realmente lo suyo.

La separación del cuarteto no había disminuído en nada, la expectativa que despertaba la inminente publicación de un nuevo disco de cualquiera de los ex-beatles, Paul se había adelantado, gracias a esa visión mercadotécnica que siempre ha poseido, siendo el primero que daba a luz una grabación post-beatle y haciendo honor a su característico egocentrismo grabó el más egocéntrico de todos sus discos, en donde él era el productor, el compositor, el arreglista, el que tocaba todos los instrumentos, el que cantaba, el que hacía los coros y tal vez hasta diseñó la portada, en la que por supuesto, estaba una foto suya.

Casi de inmediato, vino All things... el esperadísimo primer disco solista de Harrison quien no contaba con el curriculum musical de Lennon y McCartney, pero era un compositor sobrio, serio y no carente de talento, la canción de The Beatles que a mí más me gusta, es de él: The inner ligth que es un ejemplo de sus capacidades como cancionero, además de ser para muchos beatleómanos, nuestro beatle favorito, el cuate tenía un carisma que no se basaba en la facilidad para exponerse al reflector, como sus compañeritos, sino en todo lo contrario, una personalidad reservada, introvertida y enigmática.

En esos tiempos mi hermana tenía un novio fuera de lo común en nuestro medio que era la Unidad Habitacional Nonoalco-Tlatelolco, porque tenía un poder adquisitivo que la mayoría de los que vivíamos allí no teníamos, el chavo llegaba a verla de traje, pero no vayan a pensar que con un traje viejo de su papá, sino traje nuevo y a la moda, de esos con cuello circular y sin solapas y camisa cuello Mao, que también era de super moda, y siempre le llevaba a su novia, o sea mi carnala, un regalito y a su prospecto de suegra, o sea mi jefa, otro, era un cuate medio mamón y creido, pero que a la vez impresionaba a mi impresionable mente puberta.


Y resulta que un día que era el cumpleaños de mi querida hermanita, el susodicho novio llegó con el super regalo, el regalo de regalos, ni más ni menos que el álbum triple de George Harrison que se llamaba All things must pass. Yo no sé que impresión le causó el regalo a mi consanguínea, pero para mí fue todo un madrazo.

Era una caja de cartón con la foto de Harrison con las barbotas y la greñota, vestido de leñador en un campo abierto y unos pinos al fondo y para completar la escena, unos gnomos a diestra y siniestra, una foto impresionante y misteriosa.

Adentro estaban los tres discos, envueltos en sobres de papel de distintos colores y las letras de las canciones impresas, en el tercero de los discos que es el del jam, como había pocas letras estaban los créditos de todos los músicos participantes, los técnicos, autorías y otros datos que ya entonces para su servidor eran imprescindibles.

Y por último la música, canciones melancólicas y tristes, pero a la vez melódicas y bellas, las canciones típicas de George y así pasé horas días y meses escuchando los discos sin descanso, hasta que llegué a aprenderme varias rolas, aún sin saber ni que decían y entonces aparecieron en el México canta, las traducciones hechas por Carlos Baca que en esos tiempos era algo así como el gurú del hipismo mexicano, un cuate medio charlatán pero conocedor del ambiente hippie y de la música que todos los días aparecía como hongos en tiempos de lluvia, y fue así como empecé a enterarme del contenido lírico del álbum que era en esencia el amor, a su dios, la humanidad y su mujer.

Hay que recordar que Harrison acababa de regresar de una larga estancia en la India, en donde se empapó del misticismo y la religiosidad de ese pueblo y regresaba a su quehacer musical, cargado de la vibra que ese estado de gracia generaba en su interior, el hombre estaba iluminado, en armonía y muy creativo, de modo que la música que grabó en esas circunstancias tenía un toque especial.

De algún modo el álbum se volvió de mi propiedad, porque mi hermana no le hacía mucho caso, escuchaba My sweet lord y párenle de contar, después ella se casó y dejamos de compartir el mismo techo, yo seguía visitándola para platicar, pues esta mujer ha sido siempre una gran amiga, compañera y consuelo y veía como mi adorado álbum envejecia y se deterioraba por causa del descuido, muchas veces propuse adoptarlo para darle la vida que merecía, pero mi manita nunca me lo dió en custodia, de modo que nunca lo tuve en esa presentación maravillosa y sólo lo poseí cuando apareció la versión en C.D.

Pero el caso es que nunca dejó de ser un álbum entrañable, ligado a bellos recuerdos y a una etapa de mi vida en que fuí inmensamente feliz.













viernes, 4 de mayo de 2012

EL SOUNDTRACK DE MI VIDA. Dinosaur Swamps.



THE FLOCK. 
"Dinosaur Swamps".
1970.






Otra joya que es parte de los discos entrañables con los que me inicié como coleccionista de objetos sonoros es el segundo disco de una banda extraordinaria y también poco reconocida que se llamaba The Flock.

La portada de "Dinosaur Swamps", es una de las mejores que se han hecho en toda la historia del rock, que no es decir poco, puesto que si un género musical revolucionó la forma de hacer portadas, hasta convertirlas en obras de arte, fue este.

Debido a un capricho de no sé quien, resulta que el disco segundo de la banda The Flock, fue editado en México al mismo tiempo que en EUA, y fue tal la impresión que me causó la portada, que conseguí dinero de no sé donde y lo compré.

Pero las sorpresas no terminaban con la portada, puesto que la música también me causó una gran impresión. No era una música que me fuera del todo desconocida, pero sí tenía un encanto especial.

The Flock (la manada), era una banda, en el sentido utilizado en esa época, no en el actual que abarca cualquier grupo musical, a principios de los setentas, una banda era, un grupo de rock que además de las guitarras y la batería, incluía una sección de instrumentos de aliento - metal, un formato que utilizaba mucho B.B. King, por hablar de un superstar, y por esos días era una formación que habían adoptado muchos grupos de rock, ejemplos conocidos: Chicago y Blood Sweat and Tears.

Este sonido de banda, era uno de los que más me gustaban y me siguen gustando y tenían como base y cimiento musical al blues, pero un blues blanco, muy influido por el sonido big band, y el jazz, aderezado por la influencia de influencias en esos días: la sicodelia.

Pero además de esto, The Flock tenía algo que las demás bandas no tenían, un violinista excepcional, llamado Jerry Goodman, que le daba al sonido de la manada, un toque único y novedoso, porque además el violín que tocaba Goodman, era eléctrico y en esos tiempos era algo totalmente experimental y novedoso, no tengo el dato exacto, pero me atrevería a decir que Jerry Goodman fue el primer músico que lo utilizó, al disolverse Flock, John McLaughlin, reclutó a Goodman para su Mahavishnu Orchestra, una institución que solo aceptaba instrumentistas virtuosos.

Las estructuras musicales que construían estos músicos, estaban entre el jazz, el rock sicodélico y la música vanguardista, arriesgada pero consistente y sus historias, fantásticas y poéticas, haciendo del conjunto, un objeto de arte finamente pulido que resultaba todo un agasajo a la vista y el oído y desde entonces El pantano de los dinosaurios, se convirtió en uno de mis clásicos, escuchado una y mil veces sin cansarme, porque así son las grandes obras, eternas. Por cierto que he revisado una gran cantidad de listas de los discos de rock más importantes de la historia y este, nunca lo he visto allí, lo cual no obsta para que sea uno de mis favoritos y estaría entre los diez mejores de mi lista personal.





 


 








miércoles, 2 de mayo de 2012

EL SOUNDTRACK DE MI VIDA. Deep Purple.



DEEP PURPLE.
"Deep Purple".
1969.





"El vuelo del pájaro" , como lo anunciaban en la radio mexicana, fue todo un éxito que se programaba muchas veces al día en las dos o tres radiodifusoras que se especializaban en el rock y el pop en inglés, pero además en mi programa favorito que se transmitía todas las noches en Radio Capital y que se llamaba "Vibraciones", se podía escuchar a menudo "April", y el hecho de que el LP y un EP con "Bird has flown", fueran editados en México, me llevó a hacer mis ahorros y adquirir esta joya que es de mis favoritas desde mi adolescencia y siempre revisito con placer y añoranza.

Quién sabe por qué razónes, el LP, fue vendido con una portada que diseñaron para la edición mexicana y que no tenía nada que ver con la vista parcial de "El Jardín de las Delicias" de el Bosco, que eligieron como portada en el resto del mundo, de tal modo que mi joya adquirida con grandes esfuerzos, lucía así:



 

Corrijo, así luce ahora, después de cuarenta años y una inundación, pero sea como sea, muy pronto se convirtió en mi disco favorito, lo que era fácil en una discoteca de una decena de ejemplares contando los de mi hermana, me llevaba a estados de extrema concentración y placer "April", por insólita, me parecía la gran maravilla que hubiera una pieza de rock, pesado, con guitarras filosas e hirientes, órgano sicodélico y otras gracias que a la vez fuera una pieza sinfónica o que sonaba a sinfónica, con el tiempo descubrí el truco, eran dos piezas que se alternaban, la una roquera y la otra con pretensiones de música de cámara, pero aún así sigo disfrutándola y apreciando la forma magistral en que Blackmore y Lord solucionaron el paso de un estado a otro.

Pero no se trataba solo de "April", cada nueva vez que escuchaba el disco descubría nuevas y espléndidas canciones: "Chasing Shadows", con sus percusiones exhuberantes y protagónicas, "Lalena" que no sabía que fuera de Donovan, cantor-poeta que ya conocía un poco y que me conmovía con su ternura, emotividad y su dulzura; "Blind" y su aire barroco y "Why didn't Rosemary? con su riff poderoso y sus puentes creados por el órgano.

Hoy sigue emocionándome y haciéndome feliz y con la perspectiva del tiempo y un poco más de conocimientos de otras bandas, movimientos y contextos, afirmo con toda convicción que este disco es la síntesis perfecta del rock duro, la sicodelia y el progresivo, además de ser sin duda uno de esos álbums de transición, que fueron guía y abrieron caminos para el propio Deep y para todo el rock británico.


sábado, 28 de abril de 2012

EL SOUNDTRACK DE MI VIDA. Kozmic Blues.




JANIS JOPLIN.

"I got dem ol' Kozmic Blues Again Mama".
1969.







Éste puede que sea el disco más entrañable y querido de mi vida, fue el primer LP que compré con mis ahorros y significó toda una conmoción, pues nunca antes había escuchado cantar a alguien de una manera tan desgarradora y estremecedora, Kozmic Blues, violó mis castos oídos que desde entonces, no volvieron a ser los mismos.

El culpable de que Janis se haya cruzado en mi camino fue mi programa favorito del radio que se llamaba "Vibraciones" y que escuchaba todos los días religiosamente en Radio Capital porque allí conocí algunas de las canciones del "Kozmic", después el que habría de ser mi cuñado por algún tiempo, lo llevó a la casa en calidad de préstamo, y ya nunca dejé de oírlo y oírlo y hasta la fecha no termino.

Cuando por fin lo tuve como propio me pasaba todo el día poniéndolo en la vieja consola de mi abuelita que ya estaba bastante usada y de pronto fallaba, pero yo me las ingeniaba para que volviera a jalar y para normalizar las revoluciones que también de pronto se alentaban o se aceleraban, por supuesto que en mi casa, ya nadie me soportaba y no me corrieron porque supongo que me querían mucho.

Mi hermana decía que la Janis era demasiado gritona y resultaba excesiva para sus oídos acostumbrados a Los Beatles o a Los Kinks, además de Serrat que era su ídolo cantante y mi abuelita que en esos tiempos vivía con nosotros, con toda su infinita paciencia iba una y otra vez, arrastrando sus pasos, hasta mi cuarto para pedirme "Hijo, bájale tantito", yo, por supuesto que obedecía, pero al rato se me olvidaba y ya le iba subiendo poco a poco hasta que estaba a todo volumen otra vez.

Por esos días, era lector de la que me parecía la revista, que se llamaba México Canta, hoy comprendo que era bastante chafa pero no había otra opción para estar conectado con el mundo del rock y además fue el inicio de mi afición a comprar y leer revistas que aún ahora conservo, debido a esta afición, siempre soñé con editar mi propia revista que la tecnología hizo posible y que estás leyendo en este momento.

Pero el caso es que la susodicha revistilla tenía su sección de cartas de los lectores y a mí se me ocurrió, con la ingenuidad de mis quince años, escribir una especie de poema, dedicado a Janis, hecho con los nombres de las canciones del Kozmic Blues, ya no lo conservo pero para que se den una idea, decía cosas como: Pequeña niña triste / que buscas a algien a quien amar / tal vez... y le busqué el modo de ir metiendo frases que incluyeran los nombres de las canciones, mi sorpresa fue mayúscula cuando, dos o tres números después apareció publicada, pero como no le había puesto mi nombre, no había forma de presumir.

Todo esto para ilustrar la adoración que sentía por Janis y por este disco que después perdí y volví a comprar en LP, para finalmente hacerme de mi copia en CD, que es la que escucho en la actualidad y que siempre me recuerda esa época en que era muy feliz porque todo me valía madres excepto Janis y "Kozmic Blues", así es que, mi querido lector(a), te invito a conocer esta joya, si eres chamaco, a reescucharla, si eres chavo retro y a nostalgiarla, si eres de mi generación o alguna cercana y a tí abuelita, te pido perdón por torturarte, pero debes comprender que era un adolescente inconciente (bendita sea la inconciencia) y además estaba embrujado por la voz de una hechicera, o sea abue, que no era dueño de mis actos.



 




 

jueves, 26 de abril de 2012

EL SOUNDTRACK DE MI VIDA. Delaney & Bonnie.



DELANEY AND BONNIE.
"And Friends, on Tour, with Eric Clapton"
1970.



 


Este disco lo tuve por primera vez, a mis escasos 16 años, me lo vendieron ya usado y yo no tenía ni idea de quienes eran Delaney & Bonnie, pero lo compré porque casi me lo regalaron y porque decía que tocaba Eric Clapton, con el tiempo, fuí valorando la joya que tenía.

Empezando por los friends de los esposos Bramlett, que eran nada menos que: Dave Mason en la guitarra; Carl Radle en bajo; Jim Gordon en la batería; Bobby Whitlock en el órgano; Jim Price en trompeta y trombón; Bobby Keys tocando sax; Tex Johnson en percusiones y Rita Coodlidge cantando, además del ya citado Eric Clapton.

Si piensas querido lector, que los Bramlett armaron esta banda para su tour de 1970 y sólo allí tocaron juntos, estás equivocado, pues varios de ellos, Radle, Price, Keys y Rita Coolidge, fueron parte de la banda que grabó con Joe Cocker su legendario Mad Dogs and Englishman, casi todos, incluyendo a Delaney and Bonnie, fueron los acompañantes de Clapton en su primer disco solista y Whitlock junto con Carl Radle y Jim Gordon, eran los Dominoes de Clapton en Derek and the Dominoes.

Esto y su amor por la música, en especial el blues, el rock y el soul, contribuyeron a que fueran una banda que nunca tuvo nombre propio, pero a cambio de eso, poseían una coherencia, pocas veces escuchada, el álbum no solo es un disco entrañable, de mis favoritos de siempre, sino que además, es uno de mis álbumas en vivo preferidos.

El repertorio, está compuesto por canciones de los Bramlett, de Mason, otros autores y remata con un popurrí con las composiciones de un grande de todos los tiempos, Little Richard, a mí desde el principio, me mató "Only You Know And I Know" de Dave Mason y "Poor Elijah" de la inseparable pareja, después descubrí que "Coming home", también era un "rolón", más tarde, mi favorita fue "That's what my man is for", donde Bonnie demuestra que no era una cantante menor de blues y soul, pero todo el disco es un agasajo de lujo.

La voz de Bonnie, que no le pide nada a las grandes cantantes de la época: Joplin, Pense, Slick o Julie Driscoll; Delaney, cantando con gran feeling, y una banda completísima con guitarras, percusiones, teclados y metales, convirtieron a este disco en un clásico, no se si para los historiadores y críticos, pero al menos para mí, es sin duda eso, un clásico que las nuevas generaciones podrían rescatar y poner en el lugar que merece, junto a los grandes discos en vivo de toda la historia del rock.

Los miembros de la banda, viajaba y vivían juntos, al estilo de las comunas hippies, con todo e hijos, si has visto el film de Mad Dogs and the Englishman, te darás una idea de lo que digo, una banda que viajaba y tocaba, por dinero, claro está, pero sobre todo por su amor a la música, y la mística que en esos tiempos producía, el saber que con música y amor, se estaba transformando al mundo, presentaciones sin la parafernalia actual, con la mínima tecnología, es decir, viejo y buen rocanrol.




















lunes, 5 de diciembre de 2011

ROCK ARGENTINO. Bajo Belgrano.


SPINETTA JADE.
"Bajo Belgrano"
1983.


Spinetta es un hombre inquieto, ha lidereado diversas agrupaciones que han explorado el rock, el pop, el progresivo y en algunos momentos, el jazz, de sus grupos, mi favorito es Spinetta Jade, una banda que se formó en 1980, después de la disolución de Invisible y por la que pasaron varios de los mejores músicos de la escena roquera argentina: Spinetta, Pedro Aznar, "Pomo", Juan del Barrio y Lito Vitale, en principio, después Rapoport y Beto Satriagni, en lugar de Vitale y Aznar.

Bajo Belgrano de 1983, fue el tercero de las cuatro joyas que componen la discografía de Jade, los antecesores eran: "Alma de Diamante" (1080), "Los Niños que Escriben en el Cielo" (1981) y el cuerto "Madre en Años Luz" de 1984, todos en la línea marcada por las grabaciones de Invisible, pero con una dosis notable de elementos jazzísticos que hacían que Spinetta Jade sonara como las mejores bandas de rock-jazz del mundo, no sé si al "Flaco" y acompañantes les gustaba Steely Dan, pero a mí me suenan con una gran influencia del mítico grupo norteamericano y lo menciono sólo como referencia.





Si como dije Jade es la agrupación spinettera que más me gusta, Bajo Belgrano es mi disco favorito del Jade, una obra sin desperdicio, con grandes canciones: Vas a Iluminar la casa, Maribel se Durmió, Mapa de tu Amor, Resumen Porteño o Vida Siempre; con un despliegue de virtuosísmo instrumental a cargo de Leo Sujatovich en teclados, Pomo en batería, César Franov en el bajo (grandísimo bajo), Spinetta en guitarra y voces, más un invitado de lujo que era Osvaldo Fattorusso en percusiones.

Las letras de Luis Alberto, menos surrealistas y más poéticas, cambio beneficioso para mí, los arreglos de alta complejidad, calidad y creatividad, sin duda uno de los grandes discos del rock argentino y de la discografía de Spinetta y acompañantes que, a estas alturas ya son todo un ejército, pues el "Flaco" sigue activo y creativo como siempre.










martes, 14 de diciembre de 2010

MIS DISCOS CLÁSICOS. The Crazy World of Arthur Brown.




ARTHUR BROWN. "The Crazy World of Arthur Brown". 1968.




Otro reperesentante del rock sicótico, hijo conceptual de Screamin' Jay Hawkins es el inglés Arthur Brown, quien era desquiciado en tiempos de la sicodelia, una combinación extrema que entre otras cosas lo llevó a tener un número 1 en las listas inglesas y 2 en las norteamericanas con la clásica de clásicas "Fire", canción sensacionalista, satánica, macabra y de excelente hechura.

"El Mundo Enloquecido" es hermano en apariencia de los discos de Lord Sutch, pero Brown tenía muchos más talentos y un colaborador que fue clave para la realización de esta joya discográfica, que cuarenta y tantos años después, es una clásica del rock sicodélico y en general, el susodicho colaborador era Vincent Crane, otro loco muy talentoso que colabora en la composición de las canciones, los arreglos de éstas y la ejecución de algunos instrumentos.



Por otra parte, la voz enloquecida de Brown, seguramente influida por Jay Hawkins (esta es una inferencia personal, no lo he encontrado documentado en ninguna parte, pero la concepción de sus shows y el cover que hizo de "I Put a Spell on You", me hacen pensar que era fan de él) era la voz perfecta para esta locura musical, deliciosamente sicodélica y hasta divertida, todas las piezas son de gran calidad excelentemente cuidadas y ambientadas, amén de el "cover" mencionado que aparece como "bonus" junto con otras grandes canciones de Brown y Crane que complementan un discazo desde cualquier punto de vista recomendable.

Aquí se descarga el disco que originalmente en esta edición aparece en versión mono y también en stereo, pero para efectos de mayor eficiencia al cargar y descargar sólo está la versión stereo y los "bonus".






jueves, 2 de diciembre de 2010

MIS CLÁSICOS. Hot Rats.


FRANK ZAPPA.
"Hot Rats"
1969.



Conocí la música de Frank Zappa siendo adolescente y escuchando
Vibraciones, aquel programa radiofónico, que transmitía Radio Capital y que fue mi primera ventana al mundo del rock, en esa serie que mostraba muchos de los grandes discos que iban saliendo a la venta, solían poner The Gumbo Variations, quinto corte de Hot Rats, al principio, mis oídos acostumbrados a música más convencional se desconcertaban mucho, pero algo en lo más profundo de mi subconciente me decía que estaba ante algo trascendente.


La verdad es que, aunque no entendía la música de Zappa, me hacía sentir bien el saberme miembro de un grupo de seres especiales que escuchaban música que la mayoría de la gente ni sabía que existiera y a la vez me llamaban la atención tantos timbres instrumentales que no podía identificar y que estimulaban de algún modo mis oídos.

Un día alguien, me prestó el disco que ya había sido editado en México, en esa edición, además del nombre del disco y del autor, estaba una leyenda que decía: Progresive Rock y eso despertaba en mí una curiosidad extra porque el término Rock Porgresivo, tan conocido hoy, no existía aún y era sumamente interesante, la idea de estar escuchando algo así como el rock del futuro.

Muchos años pasaron en los que escuchaba Hot Rats en una grabación en cassette que no me daba el placer extra de tener el disco, con esa portada fascinante, las fotos del interior y las notas, pero llegó el día en que tuve mi propia copia en vinilo y entonces, todo cambió.

Hasta entonces mi corte favorito había sido Willie the pimp, que es el más convencional y roquero, pero ya con el disco a mi disposición y las notas que me informaban de los músicos participantes y sus instrumentos, empecé a distinguir los distintos timbres instrumentales y después, las intrincadas tramas sonoras creadas por el genio de Frank, música cuasi sinfónica, con momentos de gran intensidad y de calma plácida, sus andante sus allegro y sus presto, música vanguardista, rock, jazz y sinfónica en donde el tono original estaba sobre todo en la combinación de timbres instrumentales insólitos.

Sólo a Zappa se le ocurria mezclar violín con instrumentos de aliento metálicos, piano y órgano, junto a el bajo y la guitarra eléctrica y tú me dirás, lector, ¡pero si son los instrumentos del rock-blues! sí, pero la forma en que están mezclados en Hot Rats hacen pensar en instrumentos de otro planeta, por todas estas razones, Hot Rats se fue colocando cada vez más arriba en el Hit Parade personal, hasta llegar a la cima, si hoy me preguntan ¿cuál es mi disco favorito, el más trascendente de los que he escuchado en mi vida? la respuesta más segura es: Hot Rats de Frank Zappa.


Con la popularización del CD, no pude resistir la tentación de tener Hot Rats en ese formato y la decisión fue un acierto, con la remasterización y la reproducción digital, la grabación original adquiere otras dimensiones, sonidos que estaban un tanto ocultos por otros, resaltan y en cierto modo, presentan otro disco, con nuevas cosas por descubrir y por último, hace como dos meses, encontré un disco que se llama
Prophetic Attitude, del quinteto de vientos "Le Concert Improptu" tocando música de Zappa, en el aparecen dos piezas de Hot Rats, arregladas para cinco instrumentos de viento diferentes, con este tratamiento, las piezas de Zappa suenan como si desde siempre hubieran sido hechas para Sinfónicas o grupos de Cámara, pero esa...es otra historia. En el video, se puede escuchar Willie the Pimp, en la versión original del disco, en ella están, la voz de Captain Beefheart, el gran amigo de Zappa, en la única pieza cantada del álbum y un solo increíble de guitarra tocado por Frank, no es una exageración decir que es uno de los solos de este instrumento más difíciles de toda la historia del rock.

Aquí puedes descargar Hot Rats.


The gumbo variations
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martes, 30 de noviembre de 2010

MIS CLÁSICOS. George Harrison.


GEORGE HARRISON.
1979.




Cuando escuché All things must past, quedé impresionado de la capacidad de Harrison como compositor de canciones, el bajo perfil que mostraba en los Beatles, detrás de Lennon y McCartney, no permitía apreciar esta habilidad, el álbum triple, primero de Harrison después de la separación del grupo, se convirtió de inmediato en uno de mis favoritos desde entonces y hasta el día de hoy.


Después, pasaron los años y los discos de mi Beatle favorito y yo no les puse atención, estaba ocupado explorando otras manifestaciones musicales vastas y apasionantes, hasta que decidí volver a tener un disco del olvidado, este fue el elegido, que en ese tiempo, era la más reciente producción de George Harrison y se llamaba así justamente.

La primera sorpresa que recibí, fue descubrir que el tono solemne, hasta cierto grado triste de las canciones que había escuchado antes aparecía muy poco y en esta grabación, había piezas más festivas, menos cargadas a la solemnidad religiosa y más dedicadas a celebrar la vida.
Poco a poco fui develando, canción por canción, la obra completa y gradualmente me fueron gustando, cada día más todas y cada una de las canciones, hasta llegar al momento en que todo el álbum, nota por nota, me resultaba sumamente placentero, mis primeras favoritas fueron Blow Away y Soft touch, después Love Comes to Everyone y Here Comes the Moon, que es como la hermana de Here Comes the Sun, grabada con Beatles.

En el disco no hay nada de experimentos novedosos, nada de estructuras intrincadas ni sonidos que no hubieramos escuchado antes, sólo sencillas, sentidas y hermosas canciones como las que supo hacer siempre el Beatle solitario.
En el video, la canción del álbum que de inmediato llamó mi atención, Blow Away, canción de amor del Beatle amoroso, quien murió creyendo en este sentimiento, como en el deseo de Cat Stevens: Quizas algún día pudieramos morir enamorados.* que Harrison llevó a cabo al pie de la letra.

*
En Foreigner Suite, de 1973.