JOHN MAYALL.
"Back to the roots"
1971.
Para cerrar una época dorada de la música de este padre del blues inglés (1969-1971), llegó la obra maestra que todo gran músico produce algún día: Back to the roots, álbum doble para dejar constancia doble de maestría y buen gusto, en él Mayall, hace síntesis de los tres experimentos anteriores, reunió a todos los que integraron una formación y otra, pero además invitó a dos o tres celebridades, antiguos compañeros de ruta y discípulos de la talla de Eric Clapton y Mick Taylor en guitarras; a dos bateristas de gran calidad, Paul Lagos y Keef Hartley, complementando la superbanda donde estaban, además de Mayall, Larry Taylor y Harvey Mandel y para los solos exóticos, Johnny Almond y Harris en flauta y sax, el primero y en violín, el segundo, creando maravillas con el entrecruzamiento o alternativa de sus instrumentos, como bajo alternativo al de Taylor, está otra vez Steve Thompson y en guitarra de acompañamiento Jerry McGee.
Y con esta banda Mayall se lanzó a la aventura de crear su disco más importante, un despliegue de virtuosismo, sensibilidad y emoción, encuadrado en las composiciones del maestro, sus historias sencillas y unas estructuras que permiten el lucimiento de todos estos virtuosos tocadores de instrumentos, en solos que demuestran sus habilidades.
Las piezas no dejan de ser blues, en sus estructuras tradicionales, pero los arreglos y los espacios para el lucimiento personal, como en el jazz, les dan un toque que las proyectaba como la posible revolución que el blues no había tenido.
Para darse una idea de lo que estoy describiendo, basta con poner el disco y escuchar Prisions on the road, la rola con que inicia el disco, una introducción de piano y violín ¿en el blues? para dar entrada a un blues enérgico y potente, guiado por el piano de Mayall y aderezado por los solos de violín de Harris, que no son como los de Papa John, sino los retorcidos solos del Sugarcane zappiano, muchas veces he pensado que algunos solos de este disco ya los había escuchado en Hot Rats.
La voz de Mayall que no es la un bluesman negro y norteamericano, también hace de estos blues algo fuera de serie, sin mucha potencia ni grandes alardes, resulta suave y acariciadora, en contraste con la fuerza rítmica que la acompaña.
El álbum doble es absolutamente recomendable para iniciados y novatos con hambre y sed de buena música y según su redactor, un disco indispensable para el coleccionista, el melómano y el amante del blues, el jazz y el rock.
Aquí se descarga el disco 1.Para darse una idea de lo que estoy describiendo, basta con poner el disco y escuchar Prisions on the road, la rola con que inicia el disco, una introducción de piano y violín ¿en el blues? para dar entrada a un blues enérgico y potente, guiado por el piano de Mayall y aderezado por los solos de violín de Harris, que no son como los de Papa John, sino los retorcidos solos del Sugarcane zappiano, muchas veces he pensado que algunos solos de este disco ya los había escuchado en Hot Rats.
La voz de Mayall que no es la un bluesman negro y norteamericano, también hace de estos blues algo fuera de serie, sin mucha potencia ni grandes alardes, resulta suave y acariciadora, en contraste con la fuerza rítmica que la acompaña.
El álbum doble es absolutamente recomendable para iniciados y novatos con hambre y sed de buena música y según su redactor, un disco indispensable para el coleccionista, el melómano y el amante del blues, el jazz y el rock.
Aquí se descarga el disco 2.
.
No hay comentarios:
Publicar un comentario