Adanowsky
Jueves por la noche, el joven Adanowsky (la sensación musical del momento) presentaba su show La Muerte del Ídolo. El azar me llevó gratis al Lunario y mis expectativas eran nulas; ir a un concierto en vivo del hijo del sobrevalorado (y mamón) cineasta Alejandro Jodorowsky??? No podía esperar mucho...
Sorpresa I. La banda telonera se llamaba Le Butcherettes, banda de Guadalajara integrada por batería y guitarra, al más puro estilo White Stripes. Un baterista enmascarado bastante potente y limpio y una vocal guitarrista bastante peculiar; este par ofrece una especie de performance musical en el que Teri Gender Bender se dedica a tocar (mal) riffs sencillones pero potentes, a gritar letras ininteligibles y a romperse huevos en el cabello, vaciarse una bolsa de harina, quitarse los calzones, morder frutas y flores, tirar su teclado y finalmente limpiar todo con limpiador para trastes. A veces sonando mucho a White Stripes, a veces a Pixies o a Nirvana, una voz queriéndole tirar a PJ Harvey o a Kim Deal, Le Butcherettes tienen actitud, estilo y prometen; el show es buenísimo y la música tiene bastante potencial... bien por ellos y bien por la vocal que termina su performance (no podía faltar) saliendo desnuda del escenario... les puse un 9.Chéquelos.
Sorpresa II. Le Butcherettes dejó la mesa puesta. Sale la banda de Adanosky; clásica alineación rockera, batería, bajo, guitarra y teclado a aventarse un jam bastante rockero. De las penumbras sale un enano presentador anunciando la llegada del Ídolo Adanowsky. Y arranca el show; el jóven hijo del cineasta se revela como un personaje menos mamón, buen compositor y buen músico. Las rolas que en el disco suenan mas o menos, en vivo explotan gracias al poder de la banda de acompañamiento, el estilo cabaretesco del disco se vuelve un jam intenso de rock, blues muy en la onda de los clásicos argentinos de los 70-80s. El show avanza.
Pronto el concierto se revela más como un musical o performance o teatro; el show jústamente cuenta una historia, la historia del nacimiento, muerte y resurrección de un ídolo... Adanowsky sabe que la fama es efímera y eso queda plasmado prefectamente en su show. Flores, un par de bailarinas, una cruz de madera, un falso ídolo dorado de cartón, un falso Adanowsky de cartón, más bailarinas, desnudos, Adanowsky desnudo, un ataúd, mariachis, era como estar en un musical, un show acompañado de música ejecutada de forma excelente.
Comentario. El show de Adanowsky me sorprendió, la idea conceptual y los simbolismos son acertados; aunque, y esto lo reclamó parte del público, se nota mucho la influencia del padre. La Muerte del Ídolo llega a ser una copia de El Topo; no sé si Alejandro metió mano en el show, Adanowsky lo fusiló, o si de plano estan clavados en la misma onda padre e hijo. Eso sí, el hijo me parece más honesto y humilde que el padre.Opine usted.
*Fotos tomadas de aquí
Sorpresa I. La banda telonera se llamaba Le Butcherettes, banda de Guadalajara integrada por batería y guitarra, al más puro estilo White Stripes. Un baterista enmascarado bastante potente y limpio y una vocal guitarrista bastante peculiar; este par ofrece una especie de performance musical en el que Teri Gender Bender se dedica a tocar (mal) riffs sencillones pero potentes, a gritar letras ininteligibles y a romperse huevos en el cabello, vaciarse una bolsa de harina, quitarse los calzones, morder frutas y flores, tirar su teclado y finalmente limpiar todo con limpiador para trastes. A veces sonando mucho a White Stripes, a veces a Pixies o a Nirvana, una voz queriéndole tirar a PJ Harvey o a Kim Deal, Le Butcherettes tienen actitud, estilo y prometen; el show es buenísimo y la música tiene bastante potencial... bien por ellos y bien por la vocal que termina su performance (no podía faltar) saliendo desnuda del escenario... les puse un 9.Chéquelos.
Sorpresa II. Le Butcherettes dejó la mesa puesta. Sale la banda de Adanosky; clásica alineación rockera, batería, bajo, guitarra y teclado a aventarse un jam bastante rockero. De las penumbras sale un enano presentador anunciando la llegada del Ídolo Adanowsky. Y arranca el show; el jóven hijo del cineasta se revela como un personaje menos mamón, buen compositor y buen músico. Las rolas que en el disco suenan mas o menos, en vivo explotan gracias al poder de la banda de acompañamiento, el estilo cabaretesco del disco se vuelve un jam intenso de rock, blues muy en la onda de los clásicos argentinos de los 70-80s. El show avanza.
Pronto el concierto se revela más como un musical o performance o teatro; el show jústamente cuenta una historia, la historia del nacimiento, muerte y resurrección de un ídolo... Adanowsky sabe que la fama es efímera y eso queda plasmado prefectamente en su show. Flores, un par de bailarinas, una cruz de madera, un falso ídolo dorado de cartón, un falso Adanowsky de cartón, más bailarinas, desnudos, Adanowsky desnudo, un ataúd, mariachis, era como estar en un musical, un show acompañado de música ejecutada de forma excelente.
Comentario. El show de Adanowsky me sorprendió, la idea conceptual y los simbolismos son acertados; aunque, y esto lo reclamó parte del público, se nota mucho la influencia del padre. La Muerte del Ídolo llega a ser una copia de El Topo; no sé si Alejandro metió mano en el show, Adanowsky lo fusiló, o si de plano estan clavados en la misma onda padre e hijo. Eso sí, el hijo me parece más honesto y humilde que el padre.Opine usted.
*Fotos tomadas de aquí
1 comentario:
Interesante lo quwe narras, dan gabas de explorar esas opciones artísticas, pero sobre todo ¡qué bien escrito está!
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